Familia: Amaryllidaceae
Originaria de Sudáfrica
Planta policárpica, herbácea de raíces
carosas, puede alcanzar el medio metro de altura
Hojas persistentes, acintadas y
gruesas, de color verde intenso, florece
entre marzo-abril,
Flores grandes, atrompetadas o forma de embudo, de color naranja o rojo,
con un débil pero dulce perfume, nacen en el extremo de un tallo floral
Fruto en baya vede, rojo al
madurar adorna la planta todo el invierno
Se propaga por división de matas y
por semillas en ese caso tardará más tiempo en florecer, prefiere los lugares a
la sombra, se cultiva en jardines, plata apropiada para patios y jardines por
la belleza de sus flores, es una planta muy resistente, pero no le gustan las
bajas temperaturas
Toda la planta resulta tóxica
pues contiene oxalato de calcio comuesto
químico que forma cristales con forma de agujas, es uno de los componentes de
los cálculos renales. Si se ingiere en dosis pequeña puede producir
quemazón y en boca y garganta, en
grandes dosis puede producir trastornos
muy severos en el estomago, también contiene pequeñas cantidades de licorina, alcaloide
cristalino que puede ser muy peligroso, incluso mortal en determinadas dosis,
los síntomas de intoxicación son vómitos, diarrea y convulsiones, En ocasiones
se cultiva para utilización medicinal ya que al parecer tiene aplicaciones como antiinflamatoria y antitumoral,
contra la malaria y algunos virus
Su nombre genérico viene de la señora
Clive, duquesa de Northumberland
Es una planta que se desarrolla
mejor con las raíces comprimidas por lo que es excelente para cultivar en maceta, su cuidado parecido a los
cactus, poco agua en invierno ya que sus hojas almacenan agua para no tener sed
en invierno y riegos más acentuados en
primavera y verano con ellos conseguiremos más abundante su floración
Puede ser atacada por cochinilla algodonosa, por el hongo
Colletotrichum cliviae, la roya, un sol
intenso quema sus hojas.
Podemos verla en casi todos los
jardines pero es abundante en el parque de María Luisa adornado el paseo o
avenida de Pizarro o de las Sophoras japónicas además de otras zonas
Podemos observar el crecimiento
de una flor de Clivia